UNA VIVIENDA EN LA HUERTA

El proyecto como actitud trata de responder al “contexto del lugar” y recuperar la noción del “tiempo contemplativo”. Es una forma de reivindicar el concepto del bienestar enfocando en la calidad y la cantidad de mercancías comunes y tiempo contemplativo.

El escrito “Escenarios de formas de vida sostenible. Visiones locales y globales,” [1] de Ezio Manzini, define estas mercancías como aquellas que, perteneciendo a todos y ninguno, son tan naturales como el agua, el aire, el espacio público, paisaje y comunidad de vecinos. Aunque sean ya muchos los que hoy día consideren estas mercancías comunes insignificantes, lo cierto es que constituyen un papel esencial en la construcción del hábitat humano y su cultura. Pero, además, están imprescindiblemente ligadas al tiempo contemplativo, ese tiempo que nos permite no hacer nada en particular sin sentir la culpabilidad de estar perdiendo el tiempo. El tiempo contemplativo no es vacío ni carece de significado, incluye acciones como mirar la puesta del Sol, o disfrutar de una comida y charla con amigos. Manzini denuncia la condición contemporánea que sentimos una necesidad de “llenar el tiempo”. Incluso tenemos tendencia a saturar cada momento con algo que hacer y, cada vez más, rellenamos nuestra vidas con varias tareas a realizar al mismo tiempo. El resultado es una aceleración de la vida caracterizada por un apresuramiento con el que tendremos la posibilidad (o la ilusión) de hacer más cosas.

La casa FC busca un espacio para el tiempo contemplativo y para celebrar las mercancías comunes, acciones tan sencillas como el sentirse miembro de una comunidad de vecinos o disfrutar del paisaje de la huerta. Con su nueva casa, sus habitantes han optado por cuidar su bienestar y el paso del tiempo. La vida en la calle, los árboles frutales y el murmullo del agua, todo forma parte de ello.


[1] Ezio Manzini (2004): “Scenarios of sustainable ways of living. Local and global visions.” http://www.sustainable-everyday.net/manzini/